sábado, 8 de mayo de 2010

“Cultura Libre” – Lawrence Lessig

Retomando el tema de las instituciones y organizaciones con un interés más que claro sobre los derechos de autor y sobre su particular defensa de los derechos de autor, nos encontramos con la MPAA, la asociación del cine de Estados Unidos, que intenta equiparar la propiedad creativa con el resto de formas de propiedad, para acabar con el dominio público de la propiedad creativa en última instancia. Con estos fines, este tipo de entidades, con mucho poder en los gobiernos, en los que ejercen como lobbies, no hacen más que intentar enriquecerse mediante la modificación de las leyes y a través de los consumidores finales de sus obras. Obras cuyos autores, en muchos casos, no se quieren ver envueltos en este tipo de polémicas, pero que sin embargo lo son, ya que todos, o la mayoría, forman parte de alguna asociación de este tipo.

Sin duda, como se comenta en el artículo “Cultura Libre”, el individuo no es regulado únicamente por las leyes, sino que también lo hacen el mercado, la arquitectura (el mundo físico) y las normas de una sociedad determinada. Aunque también hay que tener en cuenta, que de estos cuatro tipos de fuentes a partir de las que un individuo puede ser regulado, que interactúan entre sí, son las leyes las únicas que pueden influir sobre el resto, de manera que pueden aumentar o disminuir las restricciones que el resto de regulaciones estipulan, con ejemplo como los que se indican en el artículo. De esta manera, concluiríamos que aunque las normas, el mercado y la arquitectura son variables muy importantes en una sociedad, no dejan de ser en cierto modo una consecuencia indirecta de las leyes, que son las que al fin y al cabo regulan y castigan a la sociedad, aunque también es cierto que en ocasiones las leyes pueden no castigar, mientras que la sociedad mediante las normas sí lo hace. Todo ello, en mi opinión, hace que el que una institución intente cambiar por asalto las leyes e intente regular a su antojo los derechos de autor y la propiedad intelectual y creativa, me parezca algo improbable, ya que antes, o inmediatamente después de que esto suceda de manera definitiva, se pondrían en marcha los mecanismos necesarios, bien por parte de las normas, el mercado, la arquitectura o las leyes, para regular en contra. Sólo espero que no tenga que ser la sociedad la que en última instancia tenga que regular en contra de las acciones que intentan llevar a cabo este tipo de instituciones.

No hay comentarios:

Publicar un comentario